
Mediante una carta abierta explico que lleva 11 años viviendo en la comuna de Cañadón Seco y tiene 3 hijos, todos ellos menores de edad.
La joven indicó «vinimos a ocupar las viviendas qué están atrás de bomberos y digo «ocupar» porqué nos dieron las llaves en mano, yo no sé cuál sea su juego político, o hasta dónde quieren llegar con todo esto».
Brito manifestó que nunca molesto a Jorge Soloaga y siempre trabajó de manera independiente con la venta de comidas.
En 2017 cuando el Iduv convocó a presentar requisitos para entrega de viviendas, Bettina Brito, se presentó, pero no tuvo acceso a vivienda. Anteriormente en 2008 pidió un terreno que tampoco obtuvo.
Expresa que sabe que las tomas de viviendas son un mal accionar y dijo «estoy muy conscientemente de que esto de las tomas no está bien pero también estoy muy consiente de que es una forma de hacerme escuchar, estoy cansada del amiguismo, del acomodó, del abuso de poder, de la falta de respeto hacia el pueblo, hoy las casitas necesitan servicios de luz y gas, además cuento con los recursos para poder hacerme cargo de los servicios y de la cuota de la vivienda».

«Estoy aquí para hacer valer los derechos míos y de mis hijos, no voy a permitir qué estás viviendas se entreguen por acomodó, me he cansado de hacer notas de pedir una audiencia con el señor Jorge Soloaga, en cuál tampoco nunca tuve respuestas, escribo esta nota muy angustiada, cansada de golpear puerta y no ser escuchada. Fuimos a niñez (Caleta Olivia) junto a la otra familia que también está en la otra vivienda tomada, Para que ellos soliciten un amparó para así poder acceder a los servicios, con el cual la respuesta fue: acá no podemos hacer nada, tenemos ordenes de poder ayudarlos con nada».
Finalmente, la joven expresa que se siente angustiada con la situación y que no pide que se le regale nada «que nos dé una mano sin que seamos acomodados o títeres de él, estás casas son del pueblo y tienen qué ser entregada a gente del pueblo, cómo lo soy yo, y como lo es Ana Barrionuevo y su familia».