Tres grupos se disputan la mina de carbón de Río Turbio: una oferta llega a los US$ 400 millones.

La mina de Río Turbio despierta el interés de tres grandes empresas que buscan capitalizar su potencial. Una de ellas ya ha propuesto una inversión histórica.

El yacimiento de carbón de Río Turbio ha despertado el interés de tres grupos empresariales con capacidad de reactivar su producción y posicionarlo como un proveedor clave para los mercados internacionales de carbón. Este renovado interés se debe, en gran parte, a la decisión del presidente colombiano Gustavo Petro de prohibir las exportaciones de carbón a Israel, lo que ha dejado a este país en busca de nuevos proveedores.

Israel, que históricamente compraba cerca de 3 millones de toneladas de carbón colombiano anualmente, ahora considera a Río Turbio como una opción viable para cubrir esa demanda, en un negocio que podría rondar los US$ 255 millones anuales. Entre los interesados en el yacimiento está la empresa canadiense Pacifics Mineral Fields Inc., que ha presentado una oferta de US$ 400 millones para invertir en la mina y exportar 50 mil toneladas mensuales, 25 mil depuradas y 25 mil en bruto.

Otra empresa que ha mostrado interés es Tegi, dedicada al comercio de commodities, que presentó una propuesta para comprar 30 mil toneladas de carbón de baja calidad y asegurar un suministro mensual de hasta 60 mil toneladas por los próximos 12 años.

Un tercer interesado sería un empresario nacional vinculado a los medios, con vínculos dentro del gobierno de Javier Milei, quien también ha mostrado intenciones de hacerse con el control del yacimiento a un precio considerablemente menor, en torno a los US$ 20 millones por una concesión de 50 años.

El yacimiento de Río Turbio, conocido por sus reservas que podrían superar los 400 millones de toneladas, ha sido históricamente problemático en términos de su geografía y entramado político, aunque no por la calidad de su carbón. Actualmente, YCRT (Yacimientos Carboníferos Río Turbio) atraviesa dificultades financieras, con pérdidas anuales de alrededor de US$ 140 millones y una producción que promedia solo 4 mil toneladas mensuales, muy lejos de las 100 mil toneladas mensuales que se alcanzaban en la década de 1970.

El actual interventor de YCRT, Thierry Decoud, fue despedido recientemente tras un escándalo por presuntos pedidos de coimas relacionados con la venta de carbón a Tegi, lo que complicó aún más la situación. Sin embargo, Decoud ha seguido trabajando en la empresa en un intento por asegurar que su equipo permanezca y sostenga su plan de reducir la estructura y personal de la mina, además de vender el carbón a un precio bajo.

Este contexto presenta tanto desafíos como oportunidades para el gobierno de Javier Milei, que debe decidir si opta por privatizar o conceder el control del yacimiento a largo plazo. La mina tiene el potencial de reactivar su producción y convertirse en un actor clave en el suministro internacional de carbón, pero enfrenta obstáculos políticos, estructurales y financieros que requieren soluciones inmediatas para aprovechar esta oportunidad única en su historia.

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