Tras votaciones sin definición en la mañana, el cónclave logró elegir al sucesor de Francisco en horas de la tarde.
Una nueva página se escribe en la historia de la Iglesia Católica: tras varias rondas de votación sin éxito en la mañana, finalmente hubo fumata blanca en el Vaticano, señal inequívoca de que los cardenales reunidos en cónclave han elegido al nuevo Papa. Ahora, los ojos del mundo están puestos en el balcón central de la basílica de San Pedro, desde donde se proclamará el tradicional “Habemus Papam” y se presentará al 267º pontífice que sucederá a Francisco al frente de los más de 1.400 millones de católicos. La jornada incluyó los cuatro sufragios previstos, en medio de alta expectativa global por conocer al nuevo líder espiritual de la Iglesia.
