El intendente de Río Gallegos lanzó un duro mensaje contra los gobiernos nacional y provincial por el retroceso en derechos, y reivindicó el rol activo del municipio en la defensa de las políticas de género.

Durante la apertura del Foro Feminista Contra la Crueldad “Trinchera”, realizado en el gimnasio 17 de Octubre, el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, pronunció un discurso cargado de contenido político y social, en el que advirtió con preocupación el avance de discursos y medidas que atentan contra derechos fundamentales. En una exposición frontal y sin eufemismos, cuestionó con dureza al Estado nacional y provincial, y puso en valor las acciones concretas del municipio para acompañar a mujeres y diversidades en un contexto que consideró alarmante.
“Hoy estamos naturalizando todo, y eso nunca nos había sucedido”, expresó Grasso al abrir su intervención. Con tono firme, denunció que “hay un Estado nacional y provincial que te quita derechos y pareciera normal”, y convocó a la reflexión sobre las conquistas históricas de los movimientos sociales, que hoy —advirtió— se ven desdibujadas. “Parece que toda la lucha fue en vano, como si no mereciéramos lo que conseguimos”, lamentó, y llamó a replantear desde dónde se parte y hacia dónde se quiere ir, con el Estado municipal como sostén en este proceso.
En ese marco, Grasso profundizó en las dificultades que enfrentan mujeres y diversidades para acceder a mecanismos de acompañamiento estatal: “¿Quién me respalda? ¿Qué hago después de una denuncia? ¿Cómo acompaño a una familia rota por la violencia?”, se preguntó, visibilizando la ausencia de respuestas integrales por parte del Estado. A esto sumó una fuerte crítica a la complicidad institucional: “Cuando el Estado mismo encubre a funcionarios, es imposible avanzar”, denunció.
El jefe comunal también se refirió a las políticas implementadas desde su gestión para promover la igualdad de género en la práctica diaria. Enumeró logros como la incorporación de mujeres conductoras en líneas de colectivos y taxis, y la presencia mayoritaria de mujeres en cargos jerárquicos municipales, aclarando que no se trata de una cuestión de cupo, sino de reconocimiento real de capacidades.
Frente a las comparaciones y críticas que buscan deslegitimar el reclamo feminista, Grasso fue tajante: “Mientras nos decían que exagerábamos, nosotros seguíamos generando espacios para mujeres”, y enfatizó la necesidad de un mayor compromiso político: “Hay que empezar a hablar de política, hay que poner el cuero. Basta de tibiezas”.
En otro tramo del discurso, cargó contra el ajuste estatal y sus consecuencias directas sobre los sectores más vulnerables. “No es normal que los jubilados no tengan medicamentos. No es normal que las personas con discapacidad queden desprotegidas”, subrayó, al tiempo que desmintió campañas que atacan al personal estatal: “Es mentira que en el Garrahan son ñoquis. Es mentira que vos no merecés el trabajo que te ganaste”.
El intendente cerró su mensaje con una convocatoria a transformar el debate en compromiso político real: “No alcanza con hablar. Hay que actuar. Acá estamos, nunca nos fuimos, y sabemos hacia dónde vamos: hacia una Argentina con más igualdad, más derechos y más justicia social”.