Con amplia participación y potentes exposiciones, se llevó a cabo la segunda edición del Foro Feminista contra la Crueldad, impulsado por el Municipio de Río Gallegos como espacio de resistencia frente al retroceso de derechos.

El gimnasio 17 de Octubre se convirtió este sábado en el epicentro de una intensa jornada de debate, pensamiento crítico y construcción colectiva. Allí tuvo lugar la segunda edición del Foro Feminista contra la Crueldad “Trinchera”, un evento organizado por la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad de Río Gallegos que reunió a activistas, funcionarias, referentes sociales, gremiales, académicas y culturales con el objetivo de reflexionar, resistir y accionar ante el avance de discursos regresivos y políticas de exclusión.
La apertura oficial estuvo encabezada por el intendente Pablo Grasso, junto a la secretaria de Gobierno, Sara Delgado, y la directora de Políticas de Género, Viviana Caballero, quienes destacaron la importancia de sostener estos espacios de encuentro y pensamiento en tiempos donde los derechos conquistados se ven amenazados.







Entre las figuras presentes se destacaron la diputada provincial Agustina Mora, la presidenta del Concejo Deliberante Soledad Kamu, el diputado por pueblo Eloy Echazú, la decana de la UNPA-UARG Karina Franciscovic, integrantes del gabinete municipal, representantes de sindicatos, universidades, juntas vecinales y una nutrida participación de la comunidad.
Los ejes temáticos de esta edición fueron la memoria colectiva, la economía feminista y la urgencia de sostener las luchas. Dos exposiciones marcaron la jornada. Por un lado, Pamela Pérez, activista por los derechos humanos y de género, ofreció la charla “Ni una menos: ¿Diez años no es nada?”, donde hizo un recorrido por el camino recorrido desde 2015 hasta la actualidad, subrayando avances y retrocesos del movimiento. Por otro lado, la economista y divulgadora feminista Candelaria Botto presentó “Modelo de shock: ¿Qué aportes trae la economía feminista?”, aportando una mirada crítica sobre las desigualdades estructurales del sistema y el valor invisibilizado del trabajo de cuidados.
Ambas disertantes fueron reconocidas públicamente por su trayectoria y el valor de sus aportes al foro, en un gesto que reafirma la necesidad de seguir dando voz a quienes defienden y piensan desde las márgenes.
La cultura también fue protagonista. El libro “Las caras del monstruo” de Julia Mengolini estuvo disponible para las participantes, sumando una propuesta literaria que interpela las tensiones del feminismo actual. Además, la potente banda local Las Hijas de la Luna musicalizó tanto la apertura como el cierre del evento, dejando vibrar emociones con su repertorio de rock fusión y poesía comprometida.
Desde la organización, definieron esta segunda edición de Trinchera como “un refugio, una usina de ideas, una plaza de resistencia. Un lugar donde las palabras no son neutras y los cuerpos tienen historia. Un lugar para seguir construyendo comunidad, con memoria, con deseo y con coraje”.
En un contexto nacional de retrocesos en políticas de género y derechos sociales, Trinchera se reafirma como un espacio vital de resistencia, memoria activa y construcción de futuro.