Rocío Sosa, directora de Cáritas en la localidad, confirmó que este 7 y 8 de junio se llevará a cabo la colecta nacional con actividades en la parroquia María Auxiliadora y la capilla de Río Blanco y Puypajá, apostando a la solidaridad comunitaria ante el complejo escenario económico.

Con un fuerte compromiso social y una mirada sensible sobre la realidad que atraviesa la comunidad, Cáritas 28 de Noviembre ya se encuentra trabajando en su colecta anual, que se llevará a cabo los días 7 y 8 de junio, en el marco de una iniciativa de alcance nacional. La actividad, que tradicionalmente implicaba recorridas casa por casa y colocación de urnas en comercios, se adapta este año a las dificultades económicas que golpean a la cuenca carbonífera y optará por una modalidad más empática y austera.
Rocío Sosa, quien dirige la organización desde hace casi una década, explicó que este año decidieron no realizar la recorrida domiciliaria ni la instalación de urnas: “Sabemos lo difícil que está la situación para cada vecino o vecina, por eso buscamos otras formas de sostener la colecta sin presionar”, señaló. En su lugar, se organizarán ventas de platos dulces en la Parroquia María Auxiliadora y en la capilla del barrio Nuestra Señora dell Rosario Río Blanco y Puypajá, ambos días de 11 a 18 horas, donde también se recibirán donaciones de alimentos no perecederos.
Más allá de esta colecta puntual, Cáritas trabaja todo el año. Desde su sede, sostiene un ropero comunitario (activo los miércoles) y asiste actualmente a más de 20 familias con entrega de alimentos, en un contexto donde el número de personas que necesitan ayuda ha crecido sostenidamente en los últimos años. “Arrancamos con ocho familias, hoy tenemos más de veinte. En pandemia llegamos a asistir a 67 familias”, detalló Sosa, quien además recordó que la organización no recibe ayuda estatal y que toda la mercadería que entregan proviene de donaciones o ventas que hacen los voluntarios, con insumos costeados de sus propios bolsillos.
Entre los artículos más necesarios se encuentran aceite, azúcar, arroz, puré de tomate y legumbres, claves para armar una canasta básica. “Sabemos que lo que entregamos no alcanza para todo el mes, pero tratamos de sumar desde el corazón”, indicó Rocío. También hay una alta demanda de ropa de abrigo y ropa de trabajo, especialmente de varones, un ítem difícil de conseguir por el uso intensivo que recibe.
La directora también subrayó que cualquier persona interesada puede acercarse, conocer el trabajo que hacen e incluso sumarse como voluntario. En esa línea, comentó con entusiasmo que siete estudiantes de la Universidad Siglo XXI están realizando prácticas solidarias en Cáritas, lo que refleja una nueva conciencia social en formación.
La historia de Cáritas en 28 de Noviembre es la historia de un grupo de personas que, sin recursos estatales y enfrentando críticas, persisten en tender la mano a quienes más lo necesitan. La colecta del 7 y 8 de junio es más que una jornada de recaudación: es un llamado a la empatía, al compromiso comunitario y a no mirar hacia otro lado frente a la realidad que atraviesan decenas de familias en la cuenca.