La comisión directiva actual cumplió con el compromiso de regularizar la situación del gremio, presentó los balances ante los afiliados y busca obtener su personería jurídica propia.

La comisión directiva del Sindicato de Empleados Municipales de 28 de Noviembre dio un paso fundamental hacia la normalización y fortalecimiento institucional del gremio. Desde su asunción, uno de los principales compromisos fue regularizar la situación administrativa y contable de la organización, un objetivo que comenzó a materializarse con el cierre y la aprobación de balances que no se habían realizado en muchos años.
La presentación de los balances, que abarcan desde el año 2010 hasta 2024, se concretó en una asamblea con afiliados, marcando un hito histórico para el sindicato, ya que nunca antes se había formalizado esta instancia. La aprobación fue bien recibida por los trabajadores y trabajadoras, quienes valoraron el gesto de transparencia y la voluntad de mostrar cómo se utilizan los aportes sindicales.
Uno de los principales desafíos fue la escasa documentación previa a 2010. Desde la creación del SOEM en 1998 y su transformación en SEM en 2005, no se encontraron registros contables claros, lo que dificultó enormemente la tarea. Por esta razón, la comisión decidió iniciar el trabajo a partir de los papeles disponibles desde 2010. Ante la complejidad del proceso, fue necesario contratar a un contador de Puerto Santa Cruz, ya que muchos profesionales se rehusaban a asumir una tarea tan engorrosa.
Actualmente, el sindicato continúa adherido a FETRAN y COEMA, pero hace más de un año y medio inició el trámite para obtener su propia personería jurídica. Este proceso requiere, entre otros requisitos, la presentación de balances anuales, condición clave para mantener la personería una vez otorgada.
En una primera instancia, el Ministerio de Trabajo otorgó un plazo de diez días para presentar la documentación contable, pero la comisión solicitó y obtuvo una prórroga de un mes y medio, lo que permitió finalizar el trabajo con orden y prolijidad.
Con este avance, el sindicato no solo cumple con sus obligaciones legales, sino que también sienta las bases para una gestión transparente, con cuentas claras y representatividad genuina, fortaleciendo su legitimidad frente a los trabajadores y las autoridades.