Los mecanismos de control impuestos por Bruselas a las herramientas de inteligencia artificial (IA) no son suficientes para garantizar que respeten los derechos fundamentales. Así lo cree la Agencia de la UE para los Derechos Fundamentales (FRA), que ha analizado la incidencia de la IA en cinco áreas consideradas de alto riesgo: asilo, educación, laboral, aplicación de la ley y beneficios sociales.
Asilo, educación o trabajo: los derechos fundamentales que la IA puede socavar en Europa