Lucas, un perro callejero, de raza cruza esquina con avenida, ha conquistado los corazones de los vecinos de 28 de Noviembre, en especial del personal del Hospital San Lucas, donde suele refugiarse y descansar. Para quienes creen en la reencarnación, algunos incluso afirman que Lucas debió ser enfermero o médico en una vida pasada, debido a su constante presencia en el hospital. Más allá de estas conjeturas, lo cierto es que Lucas se ha convertido en parte de la comunidad hospitalaria y hoy piden un llamado a la solidaridad por si lo vez en tu casa.

En un principio, algunas personas intentaron llevarlo a un hogar fijo, pero Lucas siempre encontró su camino de regreso al hospital, donde parece sentirse más cómodo. Poco a poco, el personal comenzó a alimentarlo y brindarle un espacio temporal. Pero Lucas, amante de la libertad, decidió ampliar sus horizontes y recorrer las calles de 28 de Noviembre, e incluso, en varias ocasiones, ha tomado el colectivo hacia Río Turbio, para sorpresa de los vecinos de esa localidad, quienes a menudo lo regresan. a su lugar de origen.

Ayer, una vecina preocupada por su estado utilizó sus redes sociales para hacer un llamado a la solidaridad. En su mensaje, pidió a los vecinos que, al encontrarse con Lucas, le ofrecieran agua y comida para que pudiera continuar con su vida de «rebeldía» y libertad. La vecina recordó que, aunque en su momento Lucas tuvo una familia, esta se desentendió de él, y desde entonces el perro ha hecho de las calles de su hogar, recorriendo distintos lugares de la ciudad con su peculiar carisma.

A pesar de varios intentos de darle un hogar permanente, Lucas parece haber decidido que la vida en libertad es lo que más le agrada. En el Hospital San Lucas, es común verlo descansar un rato en un rincón, comer un poco, y luego continuar con sus aventuras. «Está muy flaquito», comentó la vecina, preocupada por su bienestar, y apeló a la comunidad para que sigan brindándole su ayuda.
Lucas, amigable y tranquilo, ha demostrado que no necesita mucho más que pequeños gestos de solidaridad para seguir su camino. Con la colaboración de los vecinos, puedes seguir disfrutando de la vida libre que tanto ama, recorriendo las calles y, de vez en cuando, tomando el colectivo para una pequeña escapada a Río Turbio.