Darío Menna y Aldo Aravena alertaron que la medida perjudica la integración regional y afecta directamente a la economía y la cultura de las localidades fronterizas con Chile.

Los intendentes de Río Turbio, Darío Menna, y de 28 de Noviembre, Aldo Aravena, manifestaron su enérgico rechazo al Decreto N° 366/2025 firmado por el presidente Javier Milei, que a partir del 1° de julio impone nuevas condiciones para el ingreso de ciudadanos extranjeros a la Argentina. La normativa establece que los visitantes deben contratar un seguro internacional de salud —que cubra hospitalización, emergencias y repatriación— y completar una declaración jurada electrónica con al menos 48 horas de antelación, especificando el motivo del viaje. El incumplimiento podrá derivar en la expulsión inmediata o en la negativa de ingreso en frontera.
Ambos jefes comunales cuestionaron el decreto por considerarlo “arbitrario, inconsulto y profundamente perjudicial” para la dinámica de integración entre la Patagonia argentina y chilena. “Atenta contra la integración y empobrece a nuestras comunidades”, expresaron en un comunicado conjunto. Para los intendentes, se trata de una medida centralista que desconoce la realidad de los pueblos del interior y afecta directamente al entramado social, económico y cultural de la región.
Darío Menna destacó que Río Turbio y 28 de Noviembre mantienen desde hace décadas lazos históricos con localidades chilenas como Puerto Natales y Punta Arenas. “Esta decisión tira por la borda el esfuerzo colectivo de nuestras comunidades, que construyeron puentes reales entre pueblos hermanos”, señaló.
Por su parte, Aldo Aravena advirtió sobre las consecuencias prácticas del decreto: “Esto no es una cuestión burocrática. Es una barrera que afecta al turismo, a los emprendedores, al transporte, a la gastronomía. Nadie nos consultó. Y nos están dejando solos”.
Ambos firmaron una nota conjunta en la que calificaron la medida como “una expresión de autoritarismo centralista”, y exigieron al Gobierno Nacional revisar la decisión y abrir instancias de diálogo. También reafirmaron que la soberanía se construye desde el respeto a las identidades regionales y a la cooperación con los países vecinos.
“No debemos permitir que nos impongan normas que empobrecen a nuestra gente y destruyen lo que tanto costó construir”, concluyeron.