En una noche cargada de emoción y gratitud, Eduardo Guajardo, conocido como “El Guaja”, fue homenajeado el pasado viernes 6 de diciembre en el Predio de la Secretaría de Medio Ambiente y Comunidad (ex Tiro Federal). La ceremonia reconoció sus 45 años de trayectoria, marcados por una incesante labor de construcción y promoción de la identidad cultural patagónica a través de la música y la poesía.

Durante el evento, el cantautor dialogó sobre su carrera, marcada por una búsqueda constante de representar las raíces y las historias de su tierra. “Cuando empecé, todas las canciones eran prestadas. Hoy, miro hacia atrás y veo que hemos aprendido a construir nuestros propios relatos desde nuestra manera de ser y decir”, comentó.

Guajardo también compartió detalles de sus próximos proyectos: la producción de dos discos que verá la luz el próximo año, uno enfocado en la música regional patagónica y otro en la cuyana, que será lanzado en Mendoza. Además, anunció la reedición de su libro El alfabeto del viento, previsto para enero, reafirmando su compromiso con la difusión de la cultura de su región.
“El Guaja” destacó la importancia de la perseverancia y la autenticidad en la construcción de un discurso cultural sólido: “Cuando era pibe, no había canciones sobre nuestros ovejeros, el invierno o el carbón. Me tocó ser pionero por creer en nuestras historias y en el poder de contarlas. La identidad es defender lo que somos”.
Entre sus obras más representativas, Guajardo recordó La canción del minero, un emblema de las luchas obreras de los años 90 y una pieza que, según él, ayudó a darle voz a la historia minera de la región. “Hoy, esa canción tiene reconocimiento formal y demuestra la importancia de construir una identidad cultural”, señaló.



El cantautor resaltó las dificultades de hacer arte en una región históricamente relegada: “El peaje que hay que pagar para recorrer este país baldío que es la Patagonia es enorme. Pero los sueños y la convicción de construir identidad valen cada esfuerzo”. Asimismo, abogó por políticas culturales a largo plazo y un mayor apoyo estatal a los artistas locales: “El Estado debe promover la cultura y no solo producir espectáculos. Hace falta un compromiso real para que nuestra cultura sea visible”.
El homenaje culminó con una presentación íntima en la que Guajardo interpretó una obra inédita y su icónica La canción del minero, emocionando a los presentes. “Agradezco profundamente este reconocimiento. Es un acercamiento a lo que tanto necesitamos: valorar nuestra identidad y transmitirla a las generaciones futuras”.
Desde sus primeras presentaciones en la Escuela 32 de 28 de Noviembre hasta su reciente reconocimiento en Cosquín como Embajador Cultural de la Patagonia Sur, Eduardo Guajardo sigue siendo una voz fundamental de la región. Su trayectoria es un testimonio de cómo la música puede ser una herramienta poderosa para preservar y celebrar la esencia de una comunidad.
El homenaje dejó un mensaje claro: la identidad cultural de la Patagonia no solo vive en su paisaje, sino también en las historias y canciones de sus trovadores.